jueves, 26 de mayo de 2011

MARCIAL MACIEL

        

EL APRENDIZ DE MASÓN

LO MEJOR EN CORTOMETRAJES

LO MEJOR EN CORTOMETRAJES

domingo, 8 de mayo de 2011

AL DIABLO CON EL DIABLO


(Biografía apócrifa) primera parte
 

“La biografía de un ser inexistente ha sido útil,

no sólo para transmitir un mensaje de carácter moral,

sino para adquirir gran poder sobre los demás.”
 
Nicolás Soto


Todavía recuerdo a mi vecina, aquella vieja decrépita que en plena senectud  y ante el eminente abandono de sus hijos, (quienes amasaron grandes fortunas, uno del producto de sus estudios de posgrado y el debido palancazo y la otra de un convenio a largo plazo con reconocido médico donde se estipulaba el cuidado de los hijos de él y de ambos, además de estar cuando se le requiriera) se quitó los dentículos para que el “Ratón de los dientes” le trajera unas cuantas monedas, ¡Cuánta inocencia! Éste hecho para muchos podría sonar ilógico, ¡cómo es posible que en pleno siglo XXI una persona que ya ha vivido muchos años pueda tener tal creencia y que la misma la lleve a realizar semejante memez! ¡Qué estúpida! Lo mismo opino de aquellos que hoy en día siendo adultos siguen pensando en la existencia de un ser que encarna al mal y además es el culpable de toda atrocidad en el mundo. En vano tantas investigaciones realizadas sobre el origen de tales seres del averno, pero bueno, así como no solemos investigar sobre  “El Ratón de los dientes” tampoco lo hacemos sobre el Diablo, Demonio, Satán o cualquiera que sea su nombre. No cabe duda que es más fácil heredar sin cuestionamientos una ideología, creencia o costumbre y lo que es peor aún, fomentarla y transmitirla a las nuevas generaciones.

Si hurgamos en los anales de la historia podemos deducir que el concepto de Diablo, en cuanto a la personificación del mal, es reciente, ya que en culturas ancestrales no existía tal acepción para dicho sustantivo, sin embargo, del politeísmo existente aparecen diversos personajes: dioses y semidioses que representaban todo aquello que el ser humano no podía explicarse o que de alguna manera desconocía el origen o el ¿por qué del hecho? Es decir, las sequias, enfermedades, hambruna y catástrofes naturales. Sus dioses, ante una explicación satisfactoria, representaban por un lado las fuerzas de la naturaleza pero también aquellas actitudes del ser humano y su actuar no era más que el resultado de una postura caprichosa, así como podían amanecer de buenas, también podían estar de malas.
 
Ante la necesidad de entender esa dualidad de sus divinidades y sobre todo dar un sentido a ese mal intangible de que eran testigos, deciden dividir a esos Dioses en dos bandos, uno, representante de la luz, el día, de todo lo bueno, el otro todo lo contrario, es así como podemos justificar el surgimiento de Tiamat la diosa/monstruo primitivo de los babilónicos, Angra Maniyu engendro de la “mala mente” del ser humano, representante de las tinieblas en el Zoroastrismo, Iblis el “murmurador” del islamismo de quien deriva Shaytán que en arameo significa “adversario”, Pan el semidios de los pastores y rebaños de la mitología griega semejante al fauno según los romanos, Dios de la fertilidad y la sexualidad desenfrenada, Seth que para los egipcios el dios del desorden, de la tempestades y la guerra, entre otros como Deiwos, Belial, etc. Es decir, estos dioses antes de ser malignos, sólo representaban una característica del ser humano que solía relacionarse con algún fenómeno natural o viveversa.
 
Ahora bien, el surgimiento del Diablo como mónada maligna enemigo de Dios y por ende de los hombres, cosa curiosa se desprende de un ser de luz, bueno, bello, un ángel obediente, en el judaísmo religión que data de más de 2000 años antes de Cristo, se menciona a dicho personaje como aquel ángel encargado de poner pruebas a los hombres en la tierra, y éste es una criatura fiel y obediente, otra esencia del mal personificada podría ser Shiva “El destructor” Dios inferior a Brahamma que según, hace mil años antes de Cristo, el Hinduismo reconoce como una de las deidades del Trimurti.
 
Sin embargo, debemos tal popularidad negativa a la relación que guarda con Satanás, deformación griega de Satán y similar al Shaitán de los árabes, si bien la palabra Diablo proviene del griego diábolos “el calumniador”, su función era similar a la del primero, quien se encargaba de calumniar a Job según el pasaje de la Biblia Libro de Job, 1,6-7 que el cristianismo reutilizó para darle forma durante la Edad Media y extender sus dominios, es aquí donde semejante personaje deja sus cualidades anteriores para no sólo designar como satánicas a todas las divinidades paganas, sino representar a la ignorancia, la lujuria y demás pecados, como lo fue en tiempos remotos el conocimiento, el uso de la razón, la conciencia, el saber, la inspiración, el genio que en aquellos tiempos Platón definiera como el alma de los muertos más sabios, de donde procedía la sabiduría de un hombre cuando éste era inducido por aquel, todos llevamos nuestro propio Daimón.

Pero más allá de encontrar el verdadero origen de estos seres, lo cual requeriría de toda una vida de investigaciones profundas en la historicidad del hombre, lo importante sería entender el ¿Por qué? De tan arraigada concepción, y ¿Cuándo? seremos capaces de desterrar dicha ideología. ¿Cuánta necesidad habrá de echarle la culpa a alguien, que asumir la responsabilidad de nuestros actos? Bendito el Diablo por existir.
 
Pero déjenme terminar la historia de mi vecina, que una vez extirpada su dentadura, pagó un anuncio oportuno en el diario de mayor circulación, aunado a un mensaje en su Facebook y  twitiando con todos su conocidos, donde ofrecía al “Ratón de los dientes”  una transacción bilateral de intereses mutuos, ya que estaba carente de capital y necesitaba encontrarlo, a las pocas horas miles de personas dejaron mensajes, llamaron a su domicilio para ofrecerle ayuda, hoy en día, mi vecina se compró una hermosa dentadura, la cual presume con gran garbo, eso sin mencionar el auto y la casa de campo, que gracias a las contribuciones de esa gente buena que tuvo a bien cooperar adquirió, es frecuente ver también desde mi ventana, a sus hijos tocar a su puerta, después de que él perdiera su empleo y ella fuese cambiada por una chica más joven, sin que nadie les abra, pues mi vecina decidió olvidarlos en reciprocidad. ¡A qué historia! pareciera que fue “cosa del diablo”.